miércoles, 30 de enero de 2013

EMPATÍA Y SOCIEDAD

Cada vez que vemos a uno sufrir, sufrimos también un poco nosotros. Vemos en aquella persona triste un reflejo de lo que podría sucedernos, de lo que podríamos lamentar, llorar... Cuando vemos en otros una alegría desmedida, nos alegramos de alguna manera nosotros... Todo esto se llama empatía, y se define, a mi gusto, como la capacidad de sentir aquello que otros están sintiendo. La neurobiología moderna la incluye dentro del aspecto de la inteligencia emocional. 

La sociedad, entendida como un conjunto de personas que se comprometen en una fuerte interrelación de vecinos, amigos, padres, madres, profesores... también siente este tipo de sentimientos en su seno. La prueba la tenemos en las manifestaciones y protestas que día tras día se suceden en nuestra sociedad a causa de una grave crisis económica, que ahora no viene a cuento. Aquí, la sociedad, en su conjunto se moviliza para apoyar la causa de unos pocos, pero que afectan a unos muchos. Ella se siente identificada con los problemas de la gente, puesto que ellos mismos podrían sucederles a los que apoyan. Si tú ves que una familia está a punto de ser desahuciada de su vivienda, del lugar en que viven y conviven, su hogar, puede que te identifiques con esa situación o tu cerebro te diga "Debemos ayudar" de forma inconsciente. Es un tipo de altruismo, pero aquí puede que se espere algo a cambio, como, en el caso anterior, la paralización del desahucio que se había decretado bajo mazo judicial. 

La sociedad y empatía, en mi opinión, van juntas de la mano, ya que no habríamos podido construir una sociedad tan complicada, y por raro que parezca, rica en algunos valores que siempre nos serán inquebrantables, ya que los llevamos dentro. La empatía es uno de los sentimientos que caracteriza al hombre, que lo hace ser un poco, sólo un poco diferente del resto del conjunto animal. Es un sentimiento útil, un sentimiento que se tiene y cuya buena utilización puede llevarnos a ser unas personas agradables con el entorno que nos rodea, el entorno con el que nos comunicamos... 

Al fin y al cabo, saber qué siente tu vecino, tu amigo... es una ventaja, porque puedes ayudarlo, darle consejo, abrigo, ánimos y fuerzas para seguir adelante. Y, además, si aplicas la razón a este hecho, ya es el máximo a que puedes aspirar emocionalmente. Porque aplicar las emociones a través de la razón es una tarea que deberíamos hacer todos. La razón es el fundamento de nuestro pensamiento y nuestro ser. Por tanto, hay que convivir en una sociedad empáticamente racional, en que haya un flujo de emociones controladas por la razón para no producir ningún exacerbamiento de las emociones en cuestión. 


Espero que os haya gustado la reflexión. A mí me gusta mucho aplicar la empatía en la sociedad, aunque a veces me es difícil, pero se puede conseguir a través de la razón y el pensamiento lógico. Disfrutad leyendo y sed empáticos. 

domingo, 27 de enero de 2013

REDES SOCIALES Y EVOLUCIÓN BIOLÓGICA

En los últimos años ha habido un "boom" en las relaciones sociales y cómo la gente comparte cada instante de su vida. Las relaciones sociales ya no son las que solían ser, las que se solían entablar entre amigos, familiares, jefes... no, han cambiado de una manera radical. Primero surgió Internet, la gran web, la web de webs donde todo el mundo entraba por su novedad y por esa curiosidad innata que lleva intrínseca el ser humano, más tarde vinieron los correos electrónicos y plataformas para compartir datos, pero sin la futura posibilidad de compartir fotos, subir, comentar, crear comunidades... era simple información ordenador-usuario. Más tarde, llegaron, y para quedarse  las redes sociales. Esas herramientas que hoy nos facilitan tanto la comunicación entre unos y otros, esas plataformas globales en las que puedes conectar al segundo con una persona que se halle en tus antípodas sin necesidad de teléfono, ni horario, ni cartas... ¡¿No es increíble la manera en que la sociedad evoluciona para hacerse más cómodas las relaciones intrahumanas?! 

Pues bien, éste ha sido un paso muy importante en cuanto a humanidad se refiere, pero también, y a mi parecer, en cuanto a la biología. Porque estamos evolucionando con otras características bien diferentes a las de nuestros antepasados. Queremos con un simple "click" tener la situación bajo nuestros pies, bajo control. Queremos comunicación, ansiamos comunicación, anhelamos comunicación. Y es muy natural esto. Porque el ser humano es un animal social muy complejo que necesita de los demás de su especie para comunicarse, compartir. Es altruismo social, que deriva, asimismo, de una larga evolución cognitiva en que las emociones han tenido mucha importancia en la toma de decisiones. Cuando creamos, al igual que nuestros primos, los primates, las sociedades jerarquizadas y estamentales, en menor grado, nos dotamos a nosotros mismos de una capacidad maravillosa, que asegura nuestra supervivencia, el subsistir de la especie, la de compartir conocimientos y aplicarlos a nuestra vida para hacerla más fácil y llevadera. Con menos, más. 

Es cierto que muchos primates aprenden imitando, en la mayoría de casos, pero el ser humano, como excepción imperante en varios aspectos, no lo hace así, sino que aprende con maestros, que son los que en la sociedad les enseñan a multiplicar, hablar bien, escribir, sumar, estudiar, beber, comer... El ser humano, a través de las redes sociales, lo que anhela es expandir una opinión, un conocimiento, una experiencia, un saber innato que cada uno lleva dentro. Las redes sociales no sólo sirven de plataforma de diversión y comunicación verbal, en su sentido más estricto, sino que sirven de trampolín para expandir un conocimiento que, se cree, es bueno, un saber que puede ayudar a la sociedad a avanzar en lo cognitivo. Podríamos decir que las redes sociales, junto con la tecnología y la ciencia, han sido de las mayores revoluciones que el ser humano ha experimentado jamás, una revolución de una generación a otra en un periquete. Como si hubiese ocurrido de la noche a la mañana. Nuestros padres se asombran al ver lo que podemos hacer con nuestros teléfonos móviles, con esos dispositivos creados, en primer lugar para hablar y, como mucho, mandar mensajes, mientras que nosotros, sin ver el grado de evolución, tratamos a estas tecnologías como algo natural, intrínseco de nuestro carácter. 

Y lo que yo me pregunto "¿Es bueno tener esas redes sociales?" Pues, en mi opinión, sí, categóricamente, sí. Porque con ellas, no sólo compartimos, sino que expresamos, sabemos, aprendemos, nos relacionamos de una manera que nunca había el hombre pensado. Su surgimiento ha sido un alumbramiento hacia algo muy grande que está a punto de pasarnos, un alumbramiento hacia algo que llevará la humanidad a una etapa nueva de la Tierra. Sin duda, usar las redes sociales, en su justa medida, es bueno para el hombre, pues con ellas puede interactuar con sus símiles. Las redes sociales son la máxima, aún, expresión de la inteligencia humana. 



Espero que os haya gustado la reflexión. A mí el mundo de las redes sociales me fascina. Disfrutad leyendo y sed felices comunicándoos.