¡¡¡¡Hoy, por primera vez en mucho tiempo os escribo, queridos
bloggeros y lectores!!!!
Hoy el tema, como podéis ver en el título trata de estudiar,
que conlleva una fuerza y constancia diarias…
Me hallo en un curso en que no es más importante aquel que
sabe, sino aquel que coge fuerzas de donde no las hay para prosperar en el
camino. Es un camino muy duro que exige constancia en su andadura, camino de
obligatorio paseo para poder acceder a estudios superiores…
Cada día puedo ver en el rostro de mis compañeros de clase
cómo la falta de sueño provocada por largas horas de estudio incesante en casa,
biblioteca… hace mella en todos ellos, aunque yo también me incluyo en su
grupo. No es un curso fácil, porque…¿Quién dijo que estudiar lo fuera?
Estudiar, al igual que en otros menesteres de esta vida es una ardua
realización, un modo de vivir tu existencia, de llenar tu vacío del alma de
conocimientos del mundo cambiante y extraño que nos rodea. Y claro está,
llenarnos nos cuesta, porque creemos, avalamos que nuestra perfección se basa
en lo que instintivamente somos, pero eso así no es.
Muchas veces comparo
estudiar con conocerse a uno mismo, pues es en lo académico donde hallas tus
problemas, tus capacidades, limitaciones…
El otro día, sin ir más lejos, me vi abrumado ante los
acontecimientos, me sobrevino un sentimiento de inutilidad total que recorrió
lo más racional de mi ser, fue algo que no deseo que a nadie acontezca en su
existencia, pues ese sentimiento de no ser nadie, de no saber quién eres en ese
momento te derriba los cimientos de que estás hecho… A fin de cuentas, lo que
me aconteció fue que estaba estudiando y me vi con que no iba a sacar buena
calificación en el examen para el cual me estaba preparando…Es algo tan
insustancial como el sentimiento que pueda despertar la mejor de las mejores
piezas de música clásica…
Pero yendo al meollo del asunto que aquí nos concierne…
¿Alguien no considera que estudiar podría ser, con una buena planificación y un
buen sistema de aprendizaje dispensado por las autoridades competentes de tu
país, algo tan maravilloso como el respirar, el oír, el sentir…?
Y en lo relativo a la constancia, ¡Qué difícil es llevar
todo al día, hacer cada día lo que te marcaste, aquello que te quisiste
organizar…! Bueno, en realidad la constancia es la mano más amiga del estudio…
Si llevas una buena constancia con fuerza, llevas la gran parte del camino
avanzado y, ello es mucho…
Y para terminar esta entrada, quisiera dedicarla a mis
compañeros de clase que tanto adolecen, pero que con su fuerza y constancia
llegarán a las metas que se propongan. Y desde aquí os digo ¡NO DESFALLEZCÁIS
EN EL INTENTO, SEGUID Y TRIUNFARÉIS!